Opinión

Cortar la coleta

MUY TAURINO el gesto de Pablo Iglesias de cortarse la coleta. Es lo que hacen los toreros cuando dejan de serlo. El exvicepresidente del Gobierno no abandona la política por la puerta grande, como hubiera sido su deseo, pues su faena en Madrid no le alcanzó ni para cortar una oreja. Pero al menos hay que reconocerle el coraje de retirarse a tiempo, algo infrecuente en este país, como recuerda en su artículo de hoy Méndez Romeu. Y es que estaba hasta el moño —del que también prescinde por cierto— de sentirse hostigado tanto en la calle como en las redes. Aunque podría seguir tutelando Podemos desde la distancia, si le hacemos caso a lo que publican algunos medios su futuro profesional estará en el campo audiovisual. Y no muy alejado de su amigo Jaume Roures.

Comentarios