Opinión

El político teflón

LA IMAGEN es icónica: Mark Rutte en bicicleta y comiendo una manzana de camino al Palacio Real tras la dimisión en bloque de su Gobierno de centroderecha por el escándalo de las ayudas a familias para el cuidado de niños. Impensable en España, donde cualquier político de segunda fila es incapaz de moverse 300 metros sin su coche oficial, su jefe de gabinete, su responsable de prensa... De todos modos, el primer ministro holandés cultiva como nadie su imagen y es un maestro en eludir culpas. Hasta tal punto que le llaman "el político teflón". Como si de politetrafluoroetileno se tratase, lava toda suciedad que pueda pegársele. Pero esta vez lo tiene difícil. Se vio acorralado en el Parlamento neerlandés: nadie entiende que busque su cuarta reelección como si la cosa no fuera con él. Y, por primera vez, asumió su «responsabilidad directa» en el caso y se vio obligado a buscar respaldo para aferrarse al poder aunque sea de modo interino.

¿Es Draghi el salvador de Italia?

Italia, como Holanda, también vive instalada en la inestabilidad. Renzi puso en apuros a Conte, otro que trata de sobrevivir. En la recámara sigue Draghi, a quien muchos ven como el salvador al frente de un posible Gobierno de reconstrucción.

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