Opinión

Pasó lo que pasó

Lo dijo en su día Iglesias Corral y la frase quedó para la historia: "Aquí pasou o que pasou". Este jueves, en el Congreso de los Diputados, también pasó lo que pasó. O sea, lo que estaba previsto: que la moción de censura no prosperó. El partido de Santiago Abascal no solo no logró sacarla adelante sino que quedó más aislado que nunca. Y eso fue en gran parte por el discurso de Pablo Casado, que —digámoslo sin reparos— salió de la ambigüedad, estuvo ciertamente brillante como orador y marcó distancias con la derecha más ultramontana. Veremos si por fin se ha percatado de que tiene más opciones de gobernar recuperando el centro —como le aconsejó Alberto Núñez Feijóo no hace tanto— que viviendo eternamente a la sombra de Vox, que seguramente lo condenaría a estar en la oposición eternamente.

¿Qué pasará a partir de ahora?

Si al final esto no es otro bandazo de Casado y «la centralidad» no le dura «lo mismo que el máster de Harvard», en palabras del incisivo Gabriel Rufián, lo sucedido ayer puede tener múltiples consecuencias. Desde facilitar pactos como el del CGPJ hasta complicar otros en las comunidades donde el PP se apoya en Vox. Un ejemplo: Madrid. ¿Moderará desde ahora su verbo Isabel D. Ayuso?

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