A MUCHA gente se le va a hacer rara esta noche, la última del año. Sobre todo a los más jóvenes, que estaban acostumbrados a alargarla hasta el infinito en bares de copas, restaurantes y fiestas privadas. En la calle, en definitiva. Pero la responsabilidad nos obliga a vivirla de un modo diferente, que necesariamente no tiene por qué ser peor si somos capaces de recibir el nuevo año con positividad y pensando en que, si la vacunación marcha según lo previsto, no tardaremos en volver poco a poco la normalidad. Será una Nochevieja más familiar que nunca. Y eso tampoco es malo. Cuando a las doce comamos las uvas, seguramente tendremos un recuerdo para los que se fueron y pensaremos en cuidar a los que quedan y de nosotros mismos, para que tras la Navidad no haya una tercera ola. Esa será la mejor lectura para despedir "el año que vivimos peligrosamente", como la película de Peter Weir que encumbró a la actriz Linda Hunt. Seguro que vendrán otros mejores. Empezando por 2021.
Iniciativa solidaria y oportuna
Hijos de Rivera acaba de lanzar una iniciativa de apoyo a la hostelería que merece destacarse. Al no haber cena navideña, cada empleado recibirá un bono de 60 euros destinado a respaldar el sector.
