Opinión

Más delincuencia

LO QUE está ocurriendo en Lugo, una ciudad aparentemente apacible que de la noche a la mañana se convierte en escenario de incidentes, reyertas y asaltos en su casco histórico, no es un fenómeno exclusivamente local. Por desgracia ocurre en otras urbes españolas. Sobre todo en Madrid y Barcelona. Estos días confesaba una lucense residente en la ciudad condal: "Desde hace tiempo nos hemos acostumbrado a ir por la calle a determinadas horas sin reloj ni joyas". Por tanto, esa opinión de que la pandemia nos hará mejores es claramente rebatible. Es cierto que nos ha permitido descubrir que hay gente maravillosa, pero en otros casos el coronavirus ha sacado lo peor de muchas personas: insolidaridad, falta de respeto a las normas, picaresca y delincuencia.

Rivera sigue sin ver su error

Reapareció Albert Rivera para presentar su libro Un ciudadano libre y reflexionó sobre lo que pudo ser y no fue. Pero su exégesis no es certera. Quizá su ego no le permite ver dónde estuvo su error: en obcecarse en no pactar con Pedro Sánchez cuando la gente estaba harta de elecciones e ignorar que «uno es esclavo de sus palabras y dueño de sus silencios». Hoy sería vicepresidente del Gobierno y no andaría por ahí rumiando su fracaso.

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