Opinión

Las cosas cambian

El fin de año de la pandemia fue diferente. Pero no solo porque se celebró en familia. O porque la Nochevieja se convirtió para muchos en una Tardevieja, donde se adelantaron brindis y celebraciones en bares y terrazas ante la imposibilidad de despedir el nefasto y nefando 2020 en la calle. También fue diferente porque, por primera vez, un directo en internet compitió con la emisión de las campanadas en televisión. El joven ‘streamer’ vasco Ibai Llanos, que tiene más de tres millones de seguidores en Twitter, logró con sus cuatro amigos un minuto de oro con un total de 552.345 espectadores en Twich.Tv, lejos todavía de los registros de los grandes canales de la tele pero claramente por encima de La Sexta y Cuatro. Y es que las cosas y los tiempos cambian. Aunque a algunos siga costándoles entenderlo.

Cuando falta imaginación

Como bien exponía el domingo Miguel Olarte en su artículo, no son buenos tiempos para "algunas tradiciones". Sin ponernos trascendentes, el show del ‘outfit’ de Cristina Pedroche nos retrotrae a la España de Esteso, Pajares y Ozores. Y el regreso de Ana Obregón nos recuerda que la tele siempre ha rentabilizado el dolor. Sí, buenas audiencias. Pero también una falta absoluta de imaginación.

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