Opinión

Las caceroladas

"Las niñas de Serrano"» ya no salen a pasear, como le agradaba a Paco Umbral, que presumía de tener entre sus deleites de viejo verde sentarse en cualquier banco de esta emblemática calle del barrio de Salamanca "a ver piernas gratis". Ahora, las chicas se van por las tardes a Núñez de Balboa envueltas en la enseña nacional a participar con sus vecinos en caceroladas contra el Gobierno. Las protestas, cada vez más multitudinarias y alentadas por Vox y el PP, se han convertido en un símbolo del malestar de la derecha con el estado de alarma. El propio alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, uno de los políticos ahora más valorados, defiende el derecho a manifestarse de esa gente, aunque les reprocha que no respeten la distancia social. Y desde la izquierda ya replicaron Rufián y Echenique: que si protestan porque no pueden ir a jugar al golf, que si son ‘cayetanos’, que si no fuera «un barrio pijo» se actuaría de otra manera... En fin, lo de siempre: las dos Españas. 

La resurrección de En Marea

 Cuando creíamos que En Marea estaba confinada y había desaparecido con la marcha de su líder, Luís Villares, resulta que amenaza con volver. Y apoya que se vote en julio. Malas noticias para Podemos.

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