Opinión

La gran bronca

A ver si lo tenemos claro: la gran bronca en este país no tiene lugar en el Congreso, sino en cualquier plató televisivo. La pasada semana el debate político más seguido no lo protagonizaron Cayetana Álvarez de Toledo y Adriana Lastra, por poner un ejemplo, sino Jorge Javier Vázquez y Belén Esteban, que regresó el sábado a los platós. Ella, cuya pareja es chófer de ambulancia, se puso a explicar que el Gobierno "no estuvo a la altura" y que el sector sanitario "lo ha pasado muy mal" y que muchos tuvieron que pagarse la prueba del Covid por su cuenta. Y él, que nunca ocultó su simpatía por Pedro Sánchez, le espetó: "¿Te has dado cuenta de que has dejado de ser la princesa del pueblo para ser una Cayetana?". Lo que sigue ya se lo imaginan: cabreo, aspavientos, gritos, lágrimas y plantón. Lo peor es que trasladamos a ambos al hemiciclo y ni siquiera desentonarían.

El problema del jarrón chino

Solo hay una cosa más difícil que ser presidente: saber ser expresidente. Le pasa a Felipe González. Le pasó a Aznar. Le está pasando a Zapatero y podría pasarle a Rajoy. Los jarrones chinos estorban y rompen, pero, por valiosos que sean, necesitan cariño. Es lo que no entiende Sánchez.
 

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