Opinión

Gustar o no gustar

LO DICE el escritor Luis Landero: "El mejor modo de gustar quizá sea no intentar gustar". Debería ser una frase de cabecera para muchos instagramer, streamer, youtubers e influencers. Y también para exhibicionistas de todo tipo y pelaje que pululan por esta sociedad tan narcisista y plagada de desgastadores de espejos. Las redes sociales, hoy imprescindibles en nuestro modo de relacionarnos y darnos a conocer al mundo, son reflejo de todo ello. En ese punto de encuentro o patio de vecindad virtual confluyen no solo haters y gente con ingenio. También personas normales que pueden acabar subyugadas por un mundo en el que la banalidad y la vanidad van de la mano. Si no se consigue corregir esa tendencia a la sobreexposición el daño puede ser irreparable. 

Feijóo y Pontón acaparan focos 

Para sobreexposición, la de los políticos. Ayer en la Cámara gallega volvió a subir la tensión entre Feijóo y Pontón, que acudió al escaño del titular de la Xunta en modo más educado que Beiras en su día, pero saltándose las normas antipandemia para disgusto de Santalices. Este enfrentamiento dialéctico —uno le afea a la otra su «radicalismo» y la otra al uno que viva una realidad "paralela"— deja sin foco mediático al socialista Caballero.

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