AL FINAL Sleepy Joe no estaba tan dormido como creía Donald Trump y acabó ganándole las elecciones. No era seguramente el mejor candidato. Ni el que generaba más ilusión. Pero ha sido el más votado de la historia y ha logrado su objetivo: llegar a la Casa Blanca. Para ello ha debido esperar casi medio siglo, que es el tiempo transcurrido desde su entrada en la política. Y ha tenido que soportar tragedias personales y, más recientemente, insultos, descalificaciones y hasta acusaciones tan graves como infundadas por parte de su rival. Pero su resiliencia y perseverancia acabaron teniendo premio, pues —con la ayuda de Kamala Harris, la primera vicepresidenta de Estados Unidos— tendrá la oportunidad de pasar a la historia como el encargado de derribar el trumpismo, una amenaza para su país y para el orden mundial. No, Joe Biden no estaba dormido. Y Norteamérica quizá empiece pronto a despertar de una pesadilla que duraba ya cuatro años.
Cerca de 71 millones de votos
De todos modos, algo falla cuando una persona tan falta de decoro como Donald Trump es capaz de arrastrar casi 71 millones de votos. Gente que piensa como él o que no se siente representada por el establishment. Ese será el gran reto de Biden.
