De aquellos polvos vienen estos lodos. Dos veces pudo ser vicepresidente Albert Rivera y las dos las rechazó. Mariano Rajoy llegó a ofrecérselo y, según relata en el libro Un ciudadano libre, lo rehusó para no blanquear "la corrupción del PP". Al socialista Pedro Sánchez lo vetó él directamente. Consecuencia: Ciudadanos pasó de 57 diputados en abril a 10 en las elecciones de noviembre. Hablamos de 2019, que en política es como decir anteayer. Ese error forzó la marcha del amado líder. Desde entonces la trayectoria del partido naranja no puede ser más errática, como quedó demostrado en Cataluña. Así que no carguemos las tintas solo contra Inés Arrimadas. La herencia que recibió ya era envenenada.
¿De camino a la irrelevancia?
El "terremoto político" —así lo definen la mayoría de medios— es consecuencia directa del cambio de estrategia de Cs, que con este nuevo giro corre el riesgo de caminar hacia la irrelevancia. Sería una verdadera pena que una fuerza clave para la estabilidad política y la gobernanza —de varias comunidades y en su día del país— y que desde el centro del tablero puede contribuir a atenuar la creciente polarización acabe en la inanidad. De como termine todo esto dependerá su futuro.
