Opinión

El show político

Que la política tiene una parte de espectáculo y escenificación es algo comúnmente aceptado. Pero, en contra de lo que piensa mucha gente, el show no se acaba el día en que los electores acuden a las urnas, sino que continúa después con las reuniones de las ejecutivas, los pactos, los acuerdos fallidos, las ofertas, las declaraciones altisonantes, las estrategias, las batallas internas, las negociaciones... Como confiesa un destacado dirigente, "es más estresante la poscampaña que la propia campaña". Sobre todo porque existe una gran fragmentación y es muy difícil articular mayorías. Por ello estos días hemos visto y estamos viendo de todo, por ejemplo en Lugo: desde gente que acude presta a auxiliar al ungido hasta otra que va modulando su discurso y un día afirma una cosa y al siguiente la contraria. 

Un largo desencuentro 

La victoria tiene muchos padres y la derrota es huérfana. Eso lo ha podido comprobar Luís Villares, portavoz de En Marea, a quien Podemos trata de pasarle factura por unos malos resultados que fueron comunes a las distintas corrientes del rupturismo. El lío en la elección de senador es solo el último capítulo de un largo desencuentro.

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