ES COMPRENSIBLE el malestar del Gobierno español en funciones tras las "desafortunadas manifestaciones" del nuncio Renzo Fratini, que vino a decir que se pretende "resucitar a Franco" con su exhumación. La queja formal por esta "injerencia" obliga al Vaticano a dar más respuestas que la salida del diplomático, que ya estaba decidida de antemano. Al señor Fratini, que ha emborronado su hoja de servicios justo en el epílogo, habría que recordarle aquello de "al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios" y precisarle, de paso, que aquí estamos hablando no de un excelso emperador sino de un dictador que se perpetuó en el poder casi cuatro décadas.
La recuperación de la Ofrenda
Aunque solo asistieron un alcalde –Enrique Cabaleiro (Tui)– y dos alcaldesas –Lara Méndez (Lugo) y Elena Candia (Mondoñedo), por vez primera en varios años hubo representación de todas las ciudades del Antiguo Reino de Galicia en la Ofrenda celebrada el domingo en la catedral lucense. Es algo a valorar cuando se cumplen 350 años de una tradición que, creencias e ideologías al margen, «forma parte del acervo colectivo como pueblo» de Galicia, como bien expuso el oferente.
