Opinión

Auténtico delirio

Jácome. EFE
photo_camera Jácome.EFE

EL ESPERPENTO se adueñó de la política local en Ourense, donde Gonzalo Pérez Jácome se ha atrincherado en la alcaldía pese a contar solo con el apoyo de dos escuderos: Armando Ojea y Telmo Ucha, únicos ediles de Democracia Ourensana que le son fieles. "Con tres personas la ciudad se gobierna perfectamente", soltó en plan bravucón el regidor en rueda de prensa. Unas palabras que desmienten los hechos, pues un primo y colaborador directo suyo fue grabado ofreciendo un puesto de asesora en la Diputación retribuido con 40.000 euros a la concejala María F. Dibuja (también de DO, pero del sector díscolo) a cambio de que renunciara a su acta para situar a alguien afín a Jácome. La llamada fue divulgada por La Región, que ofrece la grabación a la Fiscalía por si lo que se dice es constitutivo de delito. A fin de cuentas se habla de un "mercadeo" sobre el que el alcalde echa balones fuera y culpa a su pariente.

El interés general debería primar

La falta de empatía entre Baltar (PP) y Villarino (PSOE) impide desbancar al regidor, que llegó a decirles a los periodistas más incómodos: "Si me pagáis, os respondo". Un show al que deberían poner fin quienes no son capaces de anteponer el interés general a sus diferencias personales.

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