Opinión

Aprender del error

Cuando se produjo el sorpasso del Bloque (19) al PSdeG (14) en las pasadas autonómicas, lo que situó a Ana Pontón como líder de la oposición en detrimento de Gonzalo Caballero, el socialista vino a decir que tomaba nota y que trataría de seguir liderando el partido aunque con un perfil más galleguista. Pero el paso del tiempo parece desmentir aquella declaración de intenciones. Por lo que se ve, el sobrino de Abel Caballero no ha dejado de hacer seguidismo del Gobierno central, de cuyas políticas se ha convertido en defensor y portavoz en la comunidad, como demostró con sus críticas al BNG por no apoyar los PGE. Hace unos días lo exponía con total acierto Xabier R. Blanco en La Región: "Si lo que aspira es a sustituir a Javier Losada en la Delegación del Gobierno, va como un tiro; si su propósito es presidir la Xunta dentro de tres años y medio, está sumando méritos para otro tropiezo". Y es que ligar su futuro al de Pedro Sánchez no parece suficiente. El electorado demanda líderes con perfil propio.

Sin turbulencias por ahora

De momento no hay turbulencias, a excepción de lo ocurrido en A Coruña. Pero Caballero no debe ignorar que la tradición cainita anida en su partido. Y donde hoy hay paz, mañana no se sabe.

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