Opinión

Almeida y Robles

Aunque resulta muy sonora esta conjunción de patronímicos, ni corresponden a una persona de rancio abolengo ni a un bufete de abogados de relumbrón. Son los apellidos de dos políticos de distinto sexo y de partidos antagónicos. Dos personas sencillas y con capacidad de empatizar. Uno, José Luis Martínez-Almeida (PP), es alcalde de Madrid. La otra, Margarita Robles (PSOE), es ministra de Defensa. ¿Qué tienen en común? Pues que gozan del reconocimiento de propios y extraños. Y eso es algo que merece ser destacado en los tiempos que corren, en los que predominan el sectarismo y la descalificación. La manera de afrontar y gestionar la pandemia desde sus respectivos puestos de responsabilidad es valorada de forma positiva incluso por gente situada en sus antípodas ideológicas. ¡Qué pena que en este país no haya más Almeidas y Robles! Raras avis.

Un virus no tan democrático

Se dice que el Covid-19 es muy democrático, pues no distingue entre ricos y pobres. No es del todo cierto. Según un estudio, en España, Reino Unido y EE.UU. hubo más contagios en las clases humildes, salvo excepciones. Las razones: viven más hacinados y tienen más patologías previas.

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