Opinión

Tina Turner y por qué la música no es racista

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En plena vorágine contra el racismo, la música llora a Tina Turner, un icono que rompió moldes: era mujer en un mundo machista como el del rock. Era, además, negra. Pero eso no fue ningún hito social. Jimi Hendrix ya había encandilado a cientos de miles de blancos en Woodstock, antes de que Prince, Michael Jackson o Ray Charles hiciesen las delicias de tantos otros. Cuando Tina sacó The Best en el 89, en Galicia empezaban a petarlo Los Suaves, con el público coreando a Hermes, su guitarrista negro. Lo cierto es que un estadio nunca se escucharía mono si acoge un concierto en vez de un partido, porque los diez neandertales que lo gritan, camuflados como humanos con camisetas de fútbol, escaparían de cualquier tufo a cultura.

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