La Champions es una competición de 32 clubes que siempre gana el Madrid. Esta frase cobra ya más sentido que aquella de Lineker reconociendo el poderío alemán en 1990. Ver dos lazos blancos colgando de la Orejona tiene más de rutina que de déjà vú. Sabemos que va a pasar y lo asumimos. En el caso de los culés, nos resignamos. A diferencia de otros blaugranas de mi redacción que ya ondean la bandera blanca, la de la rendición, creo que solo podría evitarlo un chispazo de Haaland, más que horas de pizarra y charlas de Guardiola. Así es la Champions: un torneo que por inercia gana el Madrid. Y por ganas, que es lo encomiable.
