Opinión

¿Qué va a ser de la movida?

La crisis le dio una estocada y el coronavirus puede rematarla. A la movida nocturna la miró mal este siglo XXI, tumbando pubs y desplumando unas discotecas que son noticia cuando llenan su aforo, como la Hermo. Con tan poco ambiente llegó el confinamiento y sacó del bolsillo Netflix, juegos online, videollamadas, redes y apps de ligue que, sin roce, suben la temperatura que no miden los termómetros. Hay material de sobra para una cuarentena, dos, y para luego, cuando el ocio casero puede imponerse entre los jóvenes. O quizás sea al revés y, cumpliendo aquello de que después de la represión viene el desmadre, sean los bares los que agoten existencias de alcohol, aunque sea más caro y de menos pureza que el que se lleva ahora.

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