Opinión

El ganador

Los premios Darwin se entregan (a título póstumo, por supuesto) a aquellos que mueren de la forma más ridícula y/o grotesca, con lo cual contribuyen, con la desaparición de sus genes, a la mejora de la especie. Entre los insignes galardonados —la gran mayoría son hombres—, se encuentra el que se cortó los testículos tras ganar una apuesta y casi muere desangrado. O el polaco que en estado de embriaguez se cortó la cabeza con una motosierra para demostrar que era más hombre que su compañero, que había hecho lo propio con la punta de un pie. Este año seguro que el ganador es Mike Hughes, el estadounidense que creó su propia nave a vapor para ascender al espacio y demostrar así que la Tierra es plana. Nada más despegar, se estrelló y falleció. Un visionario.

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