Dos españoles entre los fallecidos en el brutal ataque terrorista de Túnez

Se trata de una pareja de jubilados catalanes. Entre los muertos hay una veintena de turistas extranjeros. Los atacantes tomaron rehenes en el Museo del Bardo al ser repelido su asalto al Parlamento tunecino

Al menos 22 personas murieron este miércoles, entre ellas 20 turistas extranjeros, y una treintena resultaron heridas en el mayor atentado sufrido por Túnez desde que en 2002 una veintena de alemanes perecieron en un ataque similar en la isla de Djerba.

Entre los muertos se encuentran dos españoles -una pareja de jubilados catalanes, llamados Antoni Cirera Pérez y Dolores Sánchez Rami, que residían en Barcelona-, dos ciudadanos colombianos -la esposa y un hijo del general retirado José Arturo Camelo Piñeros- y un brasileño, que formaban parte de un grupo de turistas que realizaban un crucero por el Mediterráneo y que habían hecho escala en Túnez. También ha sido confirmada la muerte de tres italianos y las autoridades tunecinas informaron de que entre los fallecidos hay ciudadanos de Polonia, Alemania, Japón y Sudáfrica.

Además, dos tunecinos, un policía y una empleada de la limpieza del Museo del Bardo, murieron en la operación lanzada para poner fin al ataque, según informaron a Efe fuentes de seguridad tunecinas. Las autoridades tunecinas informaron también de que dos de los asaltantes fueron abatidos. Las fuerzas de seguridad investigan además si otras dos personas, vistas en el lugar del ataque, pueden estar implicadas.

En declaraciones a Efe, Munira Brahmi, diputada del partido islamista Al Nahda que se encontraba en el Parlamento durante el ataque, explicó que al menos cuatro hombres armados entraron en el Museo a media mañana con un grupo de rehenes.

Momentos antes, un joven de unos 22 años y vestido a la manera occidental había abierto fuego contra un grupo de unos 40 turistas que se disponían a entrar en el Museo del Bardo, el más importante de Túnez, situado junto al parlamento.

En el grupo atacado había "4 brasileños, 4 argentinos, 4 colombianos, 10 mexicanos y el resto, 28, eran españoles, cuyo crucero hizo hoy escala en el puerto de La Goleta, a 17 kilómetros del centro de la capital", según dijo a Efe su guía Wasel Busid. Un fotógrafo que se encontraba en el jardín del museo tras el ataque al autobús dijo a Efe que al menos cuatro hombres armados corrieron por los jardines, donde se refugiaron tras no haber podido penetrar en los edificios del Parlamento. Se cree que todo comenzó como un intento de asalto a la Asamblea que fue frustrado. La fuente añadió que presenció cómo los terroristas eran abatidos finalmente a las 15.00 horas local en una operación policial que se saldó con la muerte de quince personas.

Fuentes de los servicios de seguridad de Túnez identificaron a dos de los terroristas muertos durante el asalto como Yaber Jachnawi, originario de la región de Kaserín, en el suroeste, y Yasín Labidi, del barrio capitalino Ibn Jaldún. El padre de Jachnawi reconoció que su hijo, al que consideraba desaparecido, le había telefoneado desde Irak hace tres meses donde se había sumado al movimiento radical Estado Islámico (EI).

El jefe de Estado tunecino, Beyi Caid Essebis, calificó el atentado de " gran catástrofe y aseguró: "no tengo más comentarios", en declaraciones a los medios.

Los españoles que se vieron involucrados en el intento de asalto al Parlamento de Túnez y al Museo del Bardo y que salieron ilesos se encuentran ya en su barco, en el que realizaban un crucero por el Mediterráneo, confirmaron a Efe fuentes diplomáticas. Esos españoles formaban parte de un grupo de cuarenta hispanohablantes que realizaban el crucero.

En el citado grupo había además, diez mexicanos, cuatro argentinos, cuatro colombianos y cuatro brasileños, explicó a Efe el guía del grupo, Wasel Busid.
Fuentes sanitarias dijeron a Efe que se intenta confirmar si dos de los muertos que todavía no han sido identificados podrían ser españoles.

Túnez, uno de los países de los que proceden yihadistas que se han sumado al Estado Islámico en Irak y Siria, combate desde hace semanas a grupos terroristas de la región de Kasserin, una zona montañosa cerrada militarmente donde se atrincheran radicales provenientes de todos los países del Sahel, vinculados con la Organización Al Qaida en el Magreb, Ansar al Saharia y el propio Estado Islámico.

Desde que hace un mes se formara el primer gobierno posterior a la transición iniciada con la primavera árabe, las fuerzas tunecinas han detenido a decenas de supuestos yihadistas y han expresado el temor a un atentado que destruya el turismo, sobre el que se basa gran parte de su futuro económico.

El ministro tunecino de Asuntos Exteriores, Taieb Baccouche, pidió a los turistas que no dejen de visitar su país, pese al atentado. Según el ministro, el ataque de hoy "no tiene que disuadir a los amigos que quieran visitar Túnez" en verano o en cualquier otra estación, sino que "al contrario debe incitarlos a apoyar a Túnez en su lucha contra el terrorismo".

"Los terroristas deben entender que el terrorismo no tiene futuro" y para eso "hay que vivir" con normalidad, agregó.

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