Opinión

Primarias que carga el diablo

La elección de líder federal divide al PSOE de Lugo y el congreso local rebaja la tensión del PP

EL DESCUBRIMIENTO de la democracia interna en forma de un militante un voto condujo en su día al PSOE a una dinámica de enfrentamiento periódico entre familias socialistas que acaba de tener su proceso más convulso en la celebración de las pasadas primarias en las que Pedro Sánchez logró una contundente victoria sobre el aparato del partido tras haber sabido comunicar a la militancia que la decisión de dejar gobernar a Mariano Rajoy fue un error. Pero aunque fue en Ferraz donde tuvieron lugar los momentos más esperpénticos de la reciente historia del PSOE, provincias como Lugo tampoco han sido ajenas al enfrentamiento entre 'pedristas' y 'susanistas', y el congreso provincial celebrado el pasado fin de semana fue un buen ejemplo de los problemas que puede generar el dar la palabra a los militantes.

Los ganadores de las primarias en Lugo consideraron que la llamada a la integración no iba con ellos y menos si se trataba de elaborar una lista en la que figurasen antiguos pesos pesados del partido o quien provocó con su voto que durante unos meses gobernase la Diputación el PP, el inefable Manuel Martínez, quien además de decantarse por Susana Díaz, defendió el sistema de elección de líderes por delegación frente al imprevisible modelo de primarias. Por ello, los pedristas presentaron su propia lista e instaron a los susanistas a confrontarla con la suya, a sabiendas de que volverían a ganar la partida.

Que el sistema de primarias genera convulsión interna lo saben bien en el PP de Lugo, donde tras un intenso proceso para elegir el pasado año a la presidenta provincial, todavía no han logrado restañar las heridas de aquella batalla por el poder del partido entre Elena Candia y Raquel Arias.

Por ello, en la renovación de la directiva local, antes de colocar las urnas en el PP se tomaron un tiempo para conseguir un único candidato de consenso, la cara amable de Ramón Carballo, quien durante su discurso tras ser elegido se felicitó por la unidad que concitó su lista en una elección en la que también se utilizó el sistema de un militante un voto. Claro que el PP de Lugo aún tiene varios fuegos que apagar antes de volver a ser la balsa de aceite en la que aparentó navegar durante los tiempos en los que mandaba en la Diputación y el Concello, y el primero va a ser la designación del portavoz municipal que sustituya a Jaime Castiñeira. Aunque Carballo anunció tras ser elegido que se darían pasos esta semana, parece que la decisión se aplaza para no alborotar un gallinero en el que dos kikos parecen estarse disputándose el puesto.

Esta elección también podría condicionar el funcionamiento del grupo municipal, que hasta ahora maniobraba con cierta autonomía sobre el partido, aunque parece que no va a ser la norma durante la etapa de Carballo. De hecho, cuando Castiñeira anunció su disposición a negociar el presupuesto municipal con el PSOE, le pararon los pies desde el partido en un claro aviso a navegantes.

Marcaje de C's a sus grupos
Ciudadanos mantiene una férreo control de sus delegaciones hasta el punto de que cualquier nota de prensa, por muy localista que sea, es cotejada desde las sedes central y autonómica para evitar problemas. La bisoñez de algunos cargos públicos que acaban de aterrizar en política y el intento de evitar sobresaltos a la hora de abordar temas espinosos estarían detrás de este marcaje más propio de un partido norcoreano.

Difícil coalición en la marea
No está claro que las mareas municipalistas acaben confluyendo en 2019 en una candidatura única como la presentada en las elecciones generales y autonómicas. En Lugo, a día de hoy parece difícil que Lugonovo y Ace-EU acaben confluyendo, no solo por las diferencias ideológicas entre algunos de sus integrantes sino porque también hay discrepancias con el sistema de elaborar las listas a través de primarias abiertas.

El BNG retoca hasta el logo
El proceso de renovación en el que está sumido el BNG para tratar de captar al electorado más joven le ha llevado incluso a retocar el logotipo que identifica a la formación desde hace 30 años. El grupo municipal nacionalista ya adelantó los cambios en 2015, cuando logró mantener las dos concejalías, por lo que al menos en Lugo afrontará las próximas municipales con un equipo con cierta experiencia.

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