Opinión

El PSOE: salir del túnel

Tres candidatos con perfiles diferentes pelean este domingo por liderar el posbesterismo

DOS AÑOS LLEVA el PSOE lucense en un túnel en el que había entrado tras estallar en pedazos la normalidad imperante en la etapa liderada por José Ramón Gómez Besteiro a raíz, precisamente, de su sucesión al frente de la Diputación Provincial. Quien le había sustituido en la secretaria provincial del partido, Juan Carlos González Santín, decidió dimitir en octubre de 2015 una vez se resolvió el entuerto provocado por Manuel Martínez y que provocó la pérdida durante unos meses del gobierno provincial, aunque en su marcha reconoció que estaba dolido con Besteiro y su entorno por un pacto que acabó apartándole de la presidencia de la Diputación.

Tras la renuncia fue nombrada una gestora, al frente de la que fue colocado un veterano bombero, Luis Ángel Lago Lage, aunque en estos dos años este órgano estuvo más pendiente de la evolución del partido en Galicia y en España que de resolver el problema de la división interna.

Una vez apuntalado Pedro Sánchez como líder nacional y Gonzalo Caballero como secretario xeral del PSdeG, los socialistas lucenses se disponen el próximo domingo a elegir en primarias un nuevo guía que les saque de ese túnel, un puesto al que optan tres candidatos con perfiles muy diferentes pero que no han ahorrado esfuerzos durante las últimas semanas para llevar su proyecto de partido a las 66 agrupaciones socialistas de la provincia.

Álvaro Santos, portavoz socialista en la Diputación y en el Concello de Friol, estaba llamado a aspirar a la secretaría del PSOE lucense después de que su presidente Darío Campos defendiese hace meses su valía para el puesto. Sin embargo, este apoyo solo le valió para que el siguiente aspirante en anunciar que optaría a las primarias, el alcalde de Castroverde, Xosé María Arias, le acusase de ser el candidato de la Diputación.

Aunque aparentemente antagónicos, a ambos les une el hecho de llevar años vinculados al partido y por tanto, buenos conocedores de su funcionamiento, por lo que en principio parece que la lucha por la victoria se va a decidir entre ambos. La tercera candidata en liza, la teniente de alcalde de Burela, Patricia Otero, cuenta con el apoyo de la plataforma que apoyó a Caballero y Sánchez en sus respectivas primarias, aunque el hecho de ser una desconocida para muchos militantes de la provincia podría jugar en su contra, pese a que ella dice representar la opción de renovación que necesita el partido.

Aunque se llegó a barajar una posible integración de las candidaturas de Arias y Otero, la decisión del regidor de Castroverde de llevar él mismo "o volante do tractor" le puede aportar a Santos cierta ventaja en la carrera del domingo, ya que los sectores críticos con el llamado besteirismo acuden divididos a las urnas, mientras el portavoz de la Diputación, ajeno a las críticas, se dedicó en estas semanas a visitar cada una de las agrupaciones socialistas a sabiendas de que cada voto puede ser decisivo.

Las bazas de Caballero
Las primarias socialistas que se van a celebrar en las cuatro provincias gallegas podrían deparar que ninguno de los cuatro futuros líderes haya sido apadrinado por el secretario xeral del PSdeG. Gonzalo Caballero prefirió en unos casos no interferir en el proceso y en otros parece haber optado por la candidatura con menos posibilidades, por lo que su ejecutiva podría acabar teniendo un problema de baronías provinciales.

Una candidatura peligrosa
Si como se rumorea desde hace tiempo y prospera una candidatura municipal en Lugo impulsada por políticos de ideología progresista, la actual alcaldesa y el PSOE lucense podrían correr el riesgo de ver cómo una parte de su electorado, sobre todo aquella que votó a la marca Orozco en 2015 y se sintió defraudada al ver que el bastón de mando pasaba a otras manos, decide apostar por una opción diferente.

La oposición delegada
Lara Méndez afronta desde el verano pasado una oposición política que, lejos de estar marcada por los grupos municipales, llega desde la delegación de la Xunta, donde el omnipresente José Manuel Balseiro se ha convertido en el principal azote de los gobiernos socialistas de Concello y Diputación. El problema de delegar estas funciones es que los titulares pueden acabar desmotivados de chupar tanto banquillo.

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