Opinión

La complicada maniobra para reflotar el aluminio

El patrón de un arrastrero de Marín que faena frente a la costa africana lanzó hace semanas por redes sociales una solicitud de ayuda para conseguir los flotadores con los que suele armar su aparejo de arrastre. No encontraba por ningún sitio los fabricados en aluminio y que mejores resultados le daban para controlar la maniobra y llenar el copo, tal y como estaba acostumbrado a largar en su pesca.

La mayoría de las respuestas que obtuvo iban en el sentido de que tendría que arreglárselas con los de plástico, como otros muchos colegas porque, efectivamente, la fábrica coruñesa que los manufacturaba, había cerrado. "Dejamos de producirlos a principios del año pasado" confirmaron con desgana desde la casa de suministros industriales y navales herculina que los producía, sin abundar en mayor detalle. 

Cerraron la fábrica que transformaba en Arteixo el aluminio en las referidas boyas y antes había cerrado Alcoa la suya de aluminio primario en A Grela. Un buen conocedor de los efectos navales me razonó con cierta lógica que seguramente no fuese rentable porque ahora quedan en A Coruña tres arrastreros de Gran Sol cuando antes se contaban por docenas.

Total, que acabará fabricándolo todo China, como hace ya con la mayoría del plástico. Y del aluminio. Y mientras los barcos y contenedores fluyan, el mundo seguirá cambiando. Las pérdidas y ganancias se apuntarán así en uno u otro lugar del mundo. Aquí tocan bastos pues una fábrica que parece tiene futuro como la de San Cibrao —las de A Coruña y Avilés sí que estaban muy fuera de juego—, es probable que incluso en la parte de Alúmina haya dejado una millonada de pérdidas en 2022. Por ello, las conversaciones de este mes entre dirección y sindicatos con el fin de despejar su futuro van a ser determinantes. La primera trata de no mojarse más de la cuenta y los trabajadores amarrar que aquí se cuezan todos los ánodos de las plantas europeas de electrolisis de Alcoa. 

Para 2023 y 2024 están consignados los dólares de la modernización y nóminas pero el futuro pasa por el ajuste energético de lustros venideros. Ahora, con el alto precio del gas y transporte, o la escasa demanda de metal, el panorama está complicado. Al aluminio de San Cibrao le ocurre lo que a los flotadores de Hércules, le faltan suficientes clientes. La prueba es que en Fundición, la parte de Aluminio que sigue procesando el material acumulado en los meses de huelga, tan solo trabajan un par de hornos. Uno de homogeneizado lo desguazarán en breve para modernizar aquello, pero falta demanda ahora y en esta parte.

Puede que el presidente y consejero delegado de Alcoa, Roy Harvey, haya tocado el asunto en el congreso sobre minerales y metales que hace unos días le reunió en Riad con la plana mayor del régimen y la industria saudí , además de ministros de sesenta países. Allí estuvo también el consejero delegado de Ma’aden, la empresa que produce en el desierto aluminio a cascoporro, bajo los auspicios del príncipe Abdulaziz bin Salman bin Addulaziz Al Saud, ministro saudí de la energía. En Oriente, medio o lejano, tienen la sartén por el mango y hasta allí vuelan los jefes. Por la forma en que se recomponga Occidente, habremos o no de flotar. La respuesta, que diría Dylan, está en el viento, pero este cambia con facilidad. Recordar que nuestro Ministerio de Industria estuvo de mudanza. A quien solía llevar las batallas con Alcoa, Raül Blanco, lo han dimitido y ahora un asturiano debe fajarse con esta y otras electrointensivas. Y la ministra del ramo parece que tiene tarea en otra plaza. El foro de los madriles. El 2023 será movido. Por cierto, por el flotador de aluminio con la Torre de Hércules alumbrando, ya hay quien pide 55 euros/unidad, como elemento decorativo.

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