Opinión

No debería estar allí

Hoy prefería hablarles de Greta Thunberg, activista contra el cambio climático que fustiga a los políticos de la ONU en su templo, sobre esa obsesión por hablar del dinero y el crecimiento infinito.«Yo no debería estar aquí», sollozó Greta, recordando que su lugar es la escuela pero los líderes el mundo no hacen nada por detener el deterioro del Planeta. Me gusta Greta, no sé si es todo lo real que aparenta pero desprende otro espíritu y representa el futuro.
Sin embargo, hablaré del pasado y la previsible exhumación de Franco. Jóvenes de la edad de Thunberg se preguntarán el por qué no llevan sus restos al lugar regalado del Pardo. Cualquier familia, si necesita hacer sitio a sus difuntos, debe trasladar a su costa antecesores al cenicero. Pero claro, Franco fue el ‘jefe’ del cortijo. Muchas generaciones después, con los salmones que le servían en el Eo casi extinguidos, sigue coleando. Mi abuelo Loureiro esperó a morirse tras ver colocar la losa sobre el dictador y no se creería que, luego de 40 años de dura posguerra y falta de libertades, hubieran sido necesarios otros 40 de democracia para removerle los huesos. ¿Entiendes, Greta, lo envenenado que está el mundo todavía?