Hay tensión en la espera de que se concluya si el asesinato de Samuel fue o no un acto homófobo. Que los agresores azuzaran su furor con gritos de maricón indica que ese factor existe, sea primario o secundario, sea el desencadenante del suceso o el complemento de otra motivación inicial. La cuestión es relevante para las condenas. Pero en el fondo, en lo social, en cuanto la ola de protestas contra una opresión secular y violenta, es irrelevante. Porque era necesaria una espita, esta u otra, que hiciera estallar en mil pedazos el silencio para recordar a viva voz que hubo, hay y habrá muchos como Samuel. La mayoría no tendrá un desenlace mortal, pero seguirá sufriendo un arrinconamiento, un insulto, una amenaza o un golpe con una raíz homófoba. Primaria o secundaria, desencadenante o complementaria.
