Opinión

Noches de clásicos

AGUSTÍN FERNÁNDEZ PAZ veía una película todas las noches. Hasta el final de sus días, lloviese o tronase acababa la jornada ante la pantalla. Así me lo contaron, y no tengo ninguna razón para ponerlo en duda. Una costumbre maravillosa, que cada vez que puedo reproduzco. En mis años universitarios en Madrid iba al cine dos veces por semana: los lunes tocaba versión original en los cines Renoir o Alphaville y los miércoles, en versión doblada, en la Gran Vía o en Bravo Murillo. Era un vicio, que ahora intento recuperar a medianoche en una pantalla de 42 pulgadas. No es lo mismo, pero TCM me regala clásicos cada noche como Primera plana o Historias de Filadelfia. Sí, lo sé, soy un bicho raro.   

Comentarios