Blogue | Patio de luces

Circo sin pan

Las residencias continúan generando debate político, pero no prestan servicio

NO SÉ QUIÉN tiene la culpa de todo esto. Probablemente sea compartida. Lo que tengo claro es que el proyecto de la Diputación de Lugo para construir residencias de la tercera edad en diferentes municipios de la provincia nació mal parido. La idea no es mala. El servicio es necesario. Quién puede discutir eso en un lugar como este. Basta con echar un vistazo a la curva demográfica para comprobar que somos una población muy envejecida. Será incluso peor dentro de unos años. Aún así, tengo el convencimiento de que todo podría haberse hecho mucho mejor. Seguramente, habrá quien diga, y no le faltará razón, que la institución podía haber dejado el remo quieto y no meterse en camisas de once varas. A fin de cuentas, no tiene competencias directas sobre la gestión de los servicios sociales. Da lo mismo. Por los motivos que sea, por haber apreciado una necesidad creciente entre la población mayor o por haber detectado una oportunidad política para ganar en popularidad y seguir engordando el granero de votos, esa bola se echó a rodar. Ahora es ya demasiado grande para intentar detenerla sin resultar gravemente lesionado. Sucede que, después de una inversión millonaria y de años de espera, de momento no se han cumplido objetivos, fuese cuál fuese la intención real de quien puso en marcha todo esto. Ninguna de esas instalaciones ha entrado en servicio todavía, con lo que su construcción no ha solventado carencia alguna en los municipios rurales. Desde el punto de vista de la rentabilidad electoral, todo el ruido que se ha generado a su alrededor amenaza con producir un efecto contrario al deseado. Desconozco si queda margen para enderezar el rumbo. 

Supongo que para poner a funcionar una red de residencias de la tercera edad tiene que haber una planificación rigurosa, acompañada por supuesto de un estudio sobre las necesidades, tanto por ayuntamientos como por comarcas, para determinar el número de potenciales usuarios. Sería la forma de sacarle el mayor rendimiento posible al dinero público. Tendría que ser, sin duda, la base de todo el proyecto, los cimientos a partir de los cuales construir un servicio eficaz y útil a la ciudadanía. Desconozco si realmente ha existido ese estudio o al menos un proceso de reflexión previo. No sé cuáles han sido los criterios para decidir la ubicación de los geriátricos. Hay instalaciones en A Fonsagrada, Pedrafita do Cebreiro, Pol, Ribas de Sil y Trabada, mientras que están en ejecución las de Meira, Navia de Suarna y Becerreá. Si me fío por lo aparente, el nexo de unión es que todos esos municipios están gobernados por el Partido Socialista. Bien es cierto que a veces las apariencias engañan. Por otra parte, a lo largo de todo el proceso hemos comprobado que no hubo ningún tipo de coordinación previa entre la Diputación y la Xunta de Galicia para garantizar el concierto de plazas públicas en los nuevos centros. Primero se amasó cemento y se colocaron ladrillos. Luego se hizo palanca para forzar una especie de acuerdo que, por cierto, todavía no ha llegado a producirse.

Por otra parte, la institución se deshizo, después de múltiples vicisitudes y de un parto doloroso, de los hospitales provinciales, porque carecía de competencias que justificasen la gestión de ambas instalaciones. Por ello, da que pensar que, solventado ese asunto, pretenda asumir la gestión de una red de residencias de servicios sociales, cuando tampoco debería formar parte de su catálogo de prestaciones. Resulta llamativo, sin duda. Sería más comprensible si realmente sobrasen recursos. No es así. Basta con echar un vistazo a algunas carreteras de la red viaria provincial para comprobar de forma fehaciente que el dinero público no brota de los baches.

En todo caso, no está el Partido Popular en condiciones de lanzar reproches hacia las filas socialistas. La Xunta lleva décadas sin construir una residencia pública en Lugo. La necesidad es real, ahora falta por ver si también existe sensibilidad por parte del gobierno gallego. Fue prometido un nuevo geriátrico en la capital, pero de momento le pasa como al querer. Esa dotación no tiene "horario ni fecha en el calendario". No hay plazos, o al menos no se conocen, para llevar adelante ese proyecto. Mientras, a algunas familias lucenses se les ofrece plaza para ingresar a sus mayores en Cangas do Morrazo (Pontevedra).

Lo ideal es que cada uno se hiciese cargo de lo suyo. Zapatero a tus zapatos. Que la Xunta pusiese a funcionar residencias públicas para mayores y que la Diputación asistiese a los municipios en sus necesidades. También que tuviese la red viaria en perfecto estado de revista. De momento, ni una cosa ni la otra. Falta pan, pero sobra circo.

Comentarios