Opinión

A vueltas con el machismo

A veces resulta complicado elegir un tema para un artículo sin repetirse, pero hay asuntos sobre los que no se puede, ni se debe, guardar silencio, por muy manidos que estén. Otras  Cuatro mujeres acaban de morir asesinadas por sus parejas en menos de 24 horas. Nada unía a estas víctimas y en nada se parecían sus agresores, lo que evidencia una vez más que la violencia de género no entiende de perfiles ni esquiva a ningún sector de la sociedad.

Cuesta creerlo, pero así seguimos en pleno 2023, publicando noticias de crímenes motivados por un machismo impropio de nuestro tiempo. ¿Qué sigue fallando? No seré yo quien dé con la solución al drama, pero tengo claro que zanjar el problema pasa por educar. Y no me refiero a  impartir charlas, sino a vivir realmente en igualdad.

Mientras haya hombres pensando que las mujeres son el sexo débil seguirán pasando estas atrocidades. Y la mujer seguirá siendo débil mientras cobre menos que su compañero o mientras siga teniendo que soportar el peso de la conciliación. Por mucho que hagan las administraciones o la Policía, la clave del éxito está únicamente en la sociedad. Tendríamos que empezar por reorganizar nuestras casas y nuestras familias en términos de igualdad, ya que solo así nuestros hijos —las generaciones futuras— crecerán ajenos al dominio del patriarcado. Poco importan las lecciones teóricas en el colegio si las clases prácticas en el hogar no registran avances. No sirve de nada decirle a un niño o a una niña que todos somos iguales cuando mamá friega y limpia al salir del trabajo mientras papá se tumba frente al televisor. Y esto sigue pasando en familias que no se consideran machistas.

Yo intento equilibrar fuerzas en mi casa con la esperanza de que a mis hijos les cale el mensaje. Por eso, cuando se sientan a la mesa y preguntan: ¿Hoy quien hizo la comida?, veo que vamos bien.