Opinión

Tipos de abandono

A LOS meapilas del fútbol profesional les obligaría a leer en bucle lo que le sucedió el domingo a Orlando Ortega. Es un atleta que corría los 60 metros vallas en el Europeo de Atletismo y quedó cuarto. Distancia con el tercero: una centésima. Orlando camina por la pista cabizbajo, se para en el micro de TVE y con el rictus muy serio suelta: "Estoy frustrado. Quiero dejar el atletismo".

Quiero dejar el atletismo.

Fue impactante, me pareció como si a Miguel Ángel le quedase mal el lóbulo de la oreja del David y le soltase a Lorenzo de Medicis: "Quiero dejar la escultura". ¿A qué se dedicaría Miguel Ángel? ¿A qué se dedicará Orlando Ortega? En una carrera de 60 metros vallas avanzar una centésima es la diferencia entre esculpir una obra maestra o hacer un gato de escayola. Si tras dos años entrenando a diario sin poder tomarte una caña esa centésima sigue ahí, tal vez sea mejor que te dediques a los gatos de escayola. Ortega, como Miguel Ángel, probó antes las mieles de la victoria, así que ahora no subirse al pódium es como despeñarse de él.

Mientras, Isco lloriquea en un rincón porque tendrá que irse a otro lugar donde cobrará 8 millones al año.

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