Opinión

Relojes que atrasan

AYER VI en la tele a una gente de Benidorm consternada. Un señor con la cara desencajada decía que había el 10 por ciento de «lo que tendría que haber». La frase me sonó como una pedrada en la  cabeza: «Lo que tendría que haber ». En Benidorm consiguieron patrimonializar a veinte o treinta mil personas, las que sean, a finales de junio. Hasta el punto de que hablan de ellas como en Ribadeo lo hacemos de la Torre de los Moreno, que si un día nos  levantamos y alguien se la llevó diríamos: «Pues no está donde tendría que estar».

Pero aunque este sentimiento de posesión de algo tan etéreo y a  veces maleducado como los turistas (yo también fui turista alguna vez, pero bastante educado),  no es el fondo de la cuestión. El meollo del asunto es que todavía no nos enteramos. Es absolutamente increíble que a día de hoy en Benidorm o en cualquier otra parte se sorprendan de que no  haya tanta gente como el año pasado. ¿Dónde estuvieron los últimos tres meses? ¿En el País de Nunca Jamás? ¿En Hogwarts con Harry Potter?  No vieron la tele ni leyeron ningún periódico? ¿Justo los que salieron en esa pieza del Telediario habían sufrido un golpe en la cabeza?

Si todavía estamos con que el verano de 2020 será como el de 2019 es que vamos de setas alucinógenas hasta arriba. Solo faltaba que esa gente de Benidorm se avergonzase de que hubiese tanta gente en bikini en la playa para darnos una pista fiable de cuánto les está afectando a ellos el desfase horario: un siglo.

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