Opinión

Puestos a negociar

SI POR algo me gustaría ser un partido ‘llave’ con los que es obligatorio negociar para llegar al Gobierno es para imponer mis exigencias. Tengo muy claras mis prioridades. Para mi gusto, por empezar por alguna parte, en España hay poquísimas norias y aún menos montañas rusas. Son divertidísimas y desestresan, no veo la razón por la que no pueda haber una en cada municipio de más de cinco mil habitantes. Los beneficios de las lentejas en nuestra dieta son proverbiales, así que deberían comerse una vez a la semana, y otra garbanzos, especialmente en los barrios madrileños de Salamanca y Puerta de Hierro. Hay que recuperar ya la figura del bufón de palacio. Sí, sí, sé de sobra que hay muchos candidatos, pero nos quedaremos al menos con tres, uno para la Zarzuela y dos para la Moncloa. Es imprescindible crear pandillas de titiriteros suficientes como para que con sus encarcelamientos se puedan llenar seis telediarios. ¿De veras que Marichalar no tiene ningún trapo sucio para compararlo con Urdangarín? En cada autonomía hay como mínimo una familia Pujol: habrá que investigarlas a todas. Y por si alguien se hacía ilusiones, mi vicepresidencia es innegociable.

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