Opinión

Lo del otro es lo peor

UN MIEDO recurrente que tengo es salir a la calle en zapatillas. Lo tengo porque sé que va a pasar. Soy tan despistado que llegará el día y me asusta ese momento en que me mire los pies y vea que voy en zapatillas. Conocí a un señor mayor de lo más singular que lo hacía adrede. Estaba soltero y salía de su casa en zapatillas a escondidas para que no lo viese su hermana, que le echaba la bronca. Él oponía que tenía los pies muy calientes y cuando me lo contó, en un bar en zapatillas, me pareció un argumento incontestable. Cuando era niño, en Sante y en Trabada mucha gente iba por ahí en zapatillas sin ningún problema. Sospecho que a mi propio abuelo, como al señor de Ribadeo, le gustaba salir en zapatillas. De hecho, yo solo detecté que era un problema cuando oí que mi padre se quejaba de un señor en zapatillas, pero porque era el día de la fiesta. Eso significaba cruzar una línea. Ayer vi a uno de esos chicos con los calzoncillos asomando sobre los pantalones caídos. Pensé en que menuda moda, pero luego me acordé del señor de las zapatillas y su hermana y mi abuelo y mi padre. Yo que sé, lo mismo así van más fresquitos. Es verdad que al final todo está conectado.

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