Opinión

La desaparición de Playboy

EL CORONAVIRUS se está llevando por delante algunas cosas de importancia menor a la vista de toda la gente que se muere, pero no por ello despreciables. El lunes me enteré horrorizado de que desaparecía la revista Rock de Lux. El miércoles dieron por finiquitado otro referente cultural: Playboy.

No es por quedar bien, pero de verdad que puedo contar muchas más cosas de Rock de Lux que de Playboy. Hasta el punto de que nunca compré el Playboy pero tengo muchísimas Rock de Lux. Algo me dice que soy un caso infrecuente. A día de hoy no sé si a la gente le compensaba seguir comprando Playboy porque, hay que ser honestos, esa coletilla de "Tiene artículos muy buenos" no estoy en condiciones de discutirla, pero me cuesta ver a Playboy como la revista de referencia cultural de los 80 y los 90. El problema que tuvieron es que a día de hoy también cuesta ver a Playboy como referente erótico para nadie. Así que si sacas a mujeres desnudas que cualquiera puede ver en el móvil y publicas artículos interesantísimos pero que tus compradores no van a leer, no te queda mucha más opción que refugiarte en tu mansión homónima a recordar los viejos tiempos llamando por teléfono a mujeres recauchitadas que ahora trabajan en moteles de Arizona o se sacaron una licenciatura en Psicología para la que no tuvieron que estudiar nada. Con la fauna con la que tuvieron que tratar allí daría para varios postgrados.

Con todo, yo siempre miraba en el quiosco su portada. Para ver de quién eran los artículos, por supuesto.

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