CUANDO LEES una noticia en la que se cuenta que la Justicia decide que ser policía y actor porno no es compatible ya sabes que entras en terreno resbaladizo. Se lo denegaron a un tipo en Madrid, pero no sé si ahora elegirá ser policía o actor porno. Leer sentencias sirve para darte cuenta de que los jueces estudian muchas leyes para serlo, tal vez en detrimento de otras materias. La lingüística es una de ellas, porque en una dicotomía como esta: actor porno versus policía, no puedes decir en la vida que esto último "afecta al prestigio del Cuerpo". Hombre, señoría, me obliga a poner por escrito lo que todos estamos pensando: Pues depende, hombre de dios, depende.
Del otro lado no está la cosa para tirar cohetes. El agente no vio ningún problema en compatibilizar su profesión con su afición, porque al parecer dijo en el juicio que todo lo que grababa era para entretenerse con su mujer cuando estaban en casa sin gran cosa que hacer. Un poco extrañado, como si le arrestaran por soplar vidrio o coleccionar soldaditos de plomo. ¿Por qué pensaría entonces que le mandaban detener a sus colegas de profesión? Y me refiero a la que quita prestigio al Cuerpo, no a la otra. No me extraña que se atasquen los juzgados.
