Opinión

El secreto del Resurrection

LOS ORGANIZADORES del exitoso Resurrection Fest de Viveiro reconocían días antes del festival que Lemmy Kilmister, el líder de Motorhead, grupo cabeza de cartel de la edición de 2015, había solicitado una tragaperras para el camerino, dada su afición por esas máquinas que, según dice, le relajan antes de los conciertos. Lo que nunca trascendió fue su otra petición, que pasa por ser uno de los secretos mejor guardados del festival. Al parecer, el singular bajista y cantante de Motorhead exigió tocar el jueves o el viernes, pero en ningún caso el sábado, consciente de que su concierto coincidiría con el duelo de la París de Noia y la Panorama en San Martiño. Se rumorea que, cuando se le preguntó la razón, balbuceó en su particular inglés de pueblo: "Non quero que me quiten xente".

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