Blogue | Marta está harta

¿Trabajamos correctamente la autoestima de nuestros hijos?

"A veces, cegados por el amor de padres, no nos damos cuenta de que nuestro hijo es igual que todos los de su clase y que los otros padres también piensan que su hijo es el más carismático del cole"

Marta está harta

A día de hoy, me atrevería a decir que a los padres se nos ha ido de las manos eso de "fomentar la autoestima" de los hijos. O se nos ha ido de las manos, o realmente no entendimos lo que quiere decir este principal consejo a la hora de educar a nuestros hijos.

Desde que son pequeños nos damos cuenta de que nuestro hijo tiene cierto carisma. Y a veces, cegados por el amor de padres, no nos damos cuenta de que nuestro hijo es igual que todos los de su clase y que los otros padres también piensan que su hijo es el más carismático del cole, vamos, que no tenemos la exclusiva. 

Entonces los padres nos volvemos locos pensando que nuestro hijo va a ser el futuro Obama, con ese carácter y ese liderazgo, sin darnos cuenta que pronto nuestro "pequeño líder" será un adolescente.  Y en la adolescencia, como os digo siempre, todo se complica, y los chicos y chicas tienen que lidiar con los cambios en su cuerpo y emociones y comienzan a preocuparse por lo que piensan los demás. Y todo esto les lleva a  basar su popularidad y liderazgo en conceptos erróneos y desde luego poco productivos. Para ser popular hay que llevar las zapatillas X, o el teléfono Y.

Los adolescentes necesitan pertenecer al grupo, cuanto más problemas de autoestima más dependencia del grupo  y los padres, que amamos a nuestros hijos sobre todas las cosas, entramos en ese juego, pensando que así estamos fomentando la autoestima y popularidad de nuestros hijos, tal como nos indican psicólogos y psicopedagogos. Pero nos equivocamos al comprar marcas, y hacer que nuestro hijo siga al grupo sólo mejora la autoestima del dueño de la marca de zapatillas, que cuantas más zapatillas venda, más millones a su bolsillo. 

Loa padres debemos ser conscientes, y a la vez trasmitírselo a nuestros hijos, de que la verdadera popularidad  es la que viene dada por otros criterios, como el prestigio (por razones académicas o destreza en los deportes), aspectos emocionales y relativos a su relación en el grupo (como el compañerismo, simpatía y buen carácter), y que sólo esa popularidad reforzará su autoestima, porque tendrá que ser más fuerte que el grupo y ser capaz de marcar sus verdaderos valores, sin que lo tachen de pringado.

El problema es que muchas veces por miedo a que nuestros hijos sufran, o sean marginados, les transmitimos valores equivocados (a sabiendas de que son equivocados). Y los vamos convirtiendo en pequeños tiranos, creyendo que les estamos haciendo un favor,  y nunca más lejos de la realidad, porque esa autoestima del "pequeño tirano", es una falsa autoestima, ya que en vez de hacerle libre e independiente, lo convierte en esclavo de los demás. 

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