El otro día charlando con otras madres de adolescentes, entre cafés y tés empezamos a poner verdes a nuestros hijos y sus faltas de compromiso y responsabilidad con sus cosas. Y en medio de tan animada conversación empezamos a recordar nuestra propia adolescencia y resulta que ninguna recordaba haber sido mucho más responsable que sus hijos. No sé si fue el efecto de los cafés o el efecto grupo pero nos vinimos arriba recordando nuestras mejores proezas adolescentes. Entre risas recordábamos juergas nocturnas a hurtadillas, fiestas clandestinas en el garaje, suspensos, etc. Y todas recordábamos una frase, que era nuestro 'leitmotiv': ¿merece la pena?, esa era nuestra frase de adolescentes inconscientes. Pero ahora éramos madres e inevitablemente decimos frases de madre, ahora entendíamos a nuestras madres, y ahora que tenemos la "hormona de la maternidad" activada, ya no podemos decir frases como: “ sí hija , ya te entiendo, tu como veas” .
Y es que todas las madres dicen, decían y dirán exactamente las mismas frases como si fueran hermanas. Hoy he recopilado algunas esas frases que todas las madres repetimos una y otra vez. ¿A que os suenan?. Las tenemos, ahí grabadas en la memoria y nos salen sin pensar, sobre todo en los momentos de cabreo, y os puedo asegurar que no hay "psicología positiva" que las eche de nuestro disco duro.
-Pregúntale a tu padre.
-Un día cojo la puerta y me voy y a ver cómo os apañáis sin mí.
-Y si tus amigos se tiran por un puente ¿tú también?
-Verás como saque la zapatilla.
-¿Tú te crees que soy el Banco de España?
-Ni moto, ni mota.
-Como vaya yo vas a llorar con motivo.
-Tómate el zumo de naranja rápido que se le van las vitaminas.
-No te tragues el chicle, que se te pegan las tripas.
-Ponte muda limpia por si te pasa algo y tienes que ir al hospital.
-Es la primera vez que me siento en todo el día.
-¡Ay hijo, me vas a enterrar!
-Ya verás cómo se entere tu padre.
-¿Tú te crees que el dinero crece en los árboles?
-Como vaya yo y lo encuentre…
-¿Pero qué te piensas, que soy tu criada?
-Si te enfadas tienes dos problemas: enfadarte y desenfadarte.
-Para salir de fiesta nunca estás cansado.
-Yo a tu edad…
- Ni fiesta, ni fiesto
-Entre tu padre, tu hermano y tú, me vais a matar de un disgusto.
-Porque lo digo yo y punto, que por algo soy tu madre.
