Opinión

Rebeldes en pantalones

Gloria Santiago es vicepresidenta del parlamento balear, y quiso hacerse famosa desafiando el protocolo de la Casa Real al ponerse un traje pantalón para una fiesta en la que se indicaba 'vestido corto' a las mujeres. La juventud y la ignorancia de Gloria le jugaron una mala pasada, pues la Casa Real no pretendía imponer a las mujeres un dress code de falda: tal y como dicta el protocolo, la expresión ‘vestido corto’ quiere aclarar que no se exige etiqueta, es decir, que resultaría inapropiado usar un traje de noche para el besamanos y la copa posterior. Pero, ay, Gloria creyó que querían uniformarla y se presentó en la Almudaina con pantalones con el mismo brío con el que María Pita plantó cara a los ingleses, o la gallardía con la que llegó al cadalso Mariana Pineda. Imagino que se dio cuenta de que la cosa no iba bien cuando se encontró de bruces con la reina Sofía, que tampoco llevaba falda. De hecho, recortó a la emérita en la foto que subió a twitter intentando meternos a todos el gol de la chulería: piden vestido pero yo no me lo pongo porque soy libre como el de la canción de Nino Bravo. Hay que vivir muy lejos del mundo real para creer que es transgresor llevar pantalones en una fiesta. Hace ciento veinte años igual hubiese dado el golpe, pero hoy por hoy, y como me preocupé de aclarar yo misma a la pobre Gloria, si quería pasarse el protocolo por la narices hubiese sido mejor idea llegar a la recepción con un vestido con miriñaque de los que usaba la emperatriz Sissi. Porque Gloria apareció en pantalón, sí, pero en un pantalón monísimo y bien planchado, y subida a una sandalias de tacón. Vamos, que no me creo yo que la vicepresidenta del parlamento balear no haya elegido cuidadosamente el modelo que iba a lucir en el convite real. Gloria Santiago pertenece a un tipo humano que confunde el tocino con la velocidad y la rebeldía con el postureo. Si le parece arriesgado renegar de la falda cuando va a un sarao, ya está todo dicho.

Comentarios