Opinión

Sigo pensando en 'Juego de Tronos'

HACE MESES, en medio de esa campaña electoral a punto de reeditarse, dije en un mitin que Galicia sería un lugar perfecto para rodar Juego de Tronos. El cachondeo fue monumental. Si hubiese propuesto comerse a niños crudos en la plaza del Obradoiro para impulsar el turismo de los aficionados a la antropofagia no se hubiesen reído mucho más de mí. Ahora pueden volver a pitorrearse, pero les pido que antes reflexionen un poco sobre el hecho de que la HBO haya recorrido España de norte a sur buscando escenarios para la serie y Galicia no esté entre las zonas que visitaron. La sexta temporada de la producción se rodó en Castilla La Mancha, Andalucía, Cataluña, Navarra y Comunidad Valenciana, dejando incalculables beneficios publicitarios, ventajosos contratos con empresas locales y cajas boyantes en los negocios de hostelería. Pero aspirar a que esto se reedite en nuestra tierra merece mofa, befa y desprecio. El problema es que en otras comunidades han hecho algo a lo que aquí no nos atrevemos: creerse que era posible. Perseguir al equipo de la todopoderosa Bernadette Caulfield con informes, datos, vídeos y fotografías. Insistir, pelear, convencer. El resultado es una lluvia de millones de Gerona a Peñíscola, de Almería a Guadalajara, de Osuna a Canet de Mar. Pero en Galicia nos hemos conformado con creer que las cosas buenas sólo les pasan a otros. Tenemos acantilados infinitos, bosques impenetrables, castillos en mitad de la nada, playas salvajes, vestigios celtas, viñedos creciendo en gargantas inaccesibles, monasterios, llanuras, montañas, valles, y cuando alguien habla de sacarles partido a base de ambición lo único que provoca son burlas. Lamento que quienes tienen en sus manos atreverse a picar alto sigan convencidos de que no nos lo merecemos. Hay gente que prefiere sentarse detrás del todo y reírse del que recuerda que hay sitio en primera fila, como si los asientos buenos fuesen para otros y tuviésemos que conformarnos con el gallinero.

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