Opinión

Un empate con La Roda

NO SÉ SI le habrá pasado a otros, pero a mí, por trabajar en esto del periodismo deportivo me toman a veces por sabio. Si escribes de fútbol será que sabes mucho de eso. Hombre, veo mucho deporte, pero eso no imprime sapiencia. Además, aquí estamos para poner en papel lo que vemos, poco más.

El caso es que hace poco, un conocido me hizo la pregunta del millón de dólares. ¿Por qué gusta tanto el fútbol? Buff... Además pude ver la esperanza dibujada en su rostro, la esperanza de que un tío que trabaja en esto le diese la respuesta definitiva. Me puse tan nervioso que le solté una horterada en forma de frase. «Porque es como la vida misma, a veces justo, a veces injusto. No siempre gana el mejor y un pequeño detalle puede cambiarlo todo».

Para mis sorpresa, al tipo le gustó, así que empecé a pensar en lo que había dicho (mala costumbre, es mejor el orden contrario). Creo que hay algo de cierto y esta temporada es un buen ejemplo de ello.

Existe la tendencia a medirlo todo en campos de fútbol; tal incendio quemó una superficie equivalente a no sé cuántos campos de fútbol, tal ricachón tiene una finca que ocuparía no sé cuántos campos de fútbol... Pues bien, el fútbol se mide en copas de Europa y el Madrid ganó el sábado la undécima. Es el gran triunfador de la temporada. También brillan, por supuesto, el Barcelona, el Bayern de Múnich, la Juventus y el PSG con sus dobletes, pero la orejuda es la que manda y hasta el año que viene vestirá de blanco.

Ahora todo es felicidad en el madridismo y amargura en sus enemigos, pero hasta el sábado, hasta que Cristiano Ronaldo metió el penalti más importante de su vida, la historia había sido bien distinta.

El Real Madrid fue motivo de mofa durante todo el año. El fallido fichaje de De Gea, que por culpa de un fax se quedó en el Manchester United, el pobre rendimiento de Danilo, un jugador por que se pagó 35 millones, la expulsión de la Copa del Rey por alinear a Cheryshev cuando arrastraba una sanción de la pasada campaña, el despido de Benítez, la llegada de Zidane... Aquí hay que pararse. Al galo se le acusó de no tener experiencia y, para ponerle gracia al asunto, se dio bombo al hecho de que su último partido con el Castilla fue un empate con La Roda.

Pues hombre, a lo mejor no es tan distinto empatar con La Roda dirigiendo al Castilla a hacerlo con el Atlético desde el banquillo del Real Madrid. La diferencia es que el sábado hubo una prórroga y unos penaltis tras los que Zidane ganó la Copa de Europa. ¿Justo?, sí. ¿Injusto?, también. Extraño, ¿verdad? Pues sí, como la vida misma.

Comentarios