Opinión

Estar arrepentido

abc
photo_camera abc

Me pregunto qué mérito tiene el arrepentimiento y llego a la conclusión de que está sobrevalorado como el delantero que vive de una noche inspirada ante el gol toda su carrera. A veces tengo la sensación de que se aplaude más al que pide perdón por romper un jarrón que al que no  lo rompe.

Rebobinando la cinta en busca de la causa llego hasta una frase que desde niño me ha costado masticar: "...habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente que por noventa y nueve justos que no necesitan arrepentimiento". Hombre, si uno se arrepiente es porque va a recibir algo a cambio, ya sea la entrada al reino de los cielos o un caramelo.

Funciona con un arrepentido capaz de tumbar con su confesión un imperio del narcotráfico e incluso con criaturas realmente crueles, como lo puede ser un niño de cuatro años. Hagan la prueba si tienen cerca uno de ellos. Me refiero a esas veces en que a la bronca por haber perpetrado una fechoría responden con la amenaza de hacer una mayor. Saquen en ese momento del bolsillo un paquete de Lacasitos y todo cambiará.

Ayer volvió a primera plana Ares, un chaval que se hizo famoso hace diez años por salir en un programa de televisión bajo los efectos de casi todo durante un control de alcoholemia. "Ese no soy yo. Era muy joven y descerebrado", dice ahora al ver las imágenes.

¿Lo recuerdan? Es el de 'Pim, pam, toma Lacasitos'. Y también está arrepentido.