Opinión

Violencia en el fútbol

ES MÁS que probable que haya algún precedente dirimido por vía penal, pero hasta ahora lo usual era que las lesiones por agresión durante un partido de fútbol no tuviesen más recorrido punible que la sanción deportiva, ajustada al acta arbitral, entre otros motivos también porque raramente había denuncia ante la autoridad gubernativa. Correctivo incompleto, sin duda, y más si la acción reviste gravedad. Al hablar de agresión se entiende que se trata de una acción intencionada, que nada tiene que ver con un lance fortuito del juego. Parece que algo está cambiando a la hora de exigir responsabilidades penales al agresor, y prueba de ello son los seis meses de prisión impuestos por uno de los juzgados de lo Penal de Lugo a un jugador del Sarria SD por un puñetazo a otro del Castro, además de 7.000 euros de indemnización al perjudicado y otros 779 al Sergas por los gastos sanitarios, todo ello con independencia del castigo federativo. Más que el escarmiento en sí, que también, la condena sienta un precedente importante para erradicar la violencia innecesaria en el deporte, y más en los campos de fútbol, donde los excesos son más frecuentes que en otras disciplinas.

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