Opinión

Va siendo hora

A LOS cargos públicos, gobiernos o corporaciones suele concedérseles un período inicial de espera, no prejuzgando su funcionalidad, por aquello de que es necesario un aterrizaje para ver resultados. Pero los primeros pasos suelen ser reveladores cara a un futuro proceder. El de la nueva corporación municipal de Lugo da lugar al mosqueo, advirtiéndose una quietud preocupante, al menos en lo aparente. Lo refleja bien el reportaje de este periódico publicado el viernes ('Los lucenses ponen deberes urgentes al Concello para limpiar la cara de la ciudad'), en el que se numera un mosaico de deficiencias que, al menos algunas de ellas, podrían haber sido enmendadas en los casi dos meses transcurridos desde que se conformó el equipo de gobierno. Hubo prontitud extrema a la hora de establecer dedicaciones de los ediles, espuela que, por lo visto hasta ahora, no surtió efecto. La evidencia es como el algodón, no engaña, y la ciudad sigue sucia y descuidada, marcada por la indiferencia, como la maleza que invade aceras y espacios públicos. ¿Dónde se esconden los responsables? Si la corporación monocolor no llegó nunca a funcionar, al bipartito (PSOE/BNG) no le desmerece.