Opinión

Tractores

LOS ACCIDENTES con implicación de tractores es un asunto serio, mucho más de lo que se considera por parte de las potenciales víctimas e incluso de quienes tienen la obligación de controlar los usos de la maquinaria agrícola. Dieciocho muertes en la provincia de Lugo en poco más de dos años y medio, lo certifica. Pero la evidencia tampoco oculta la dificultad de remediarlo, como no sea apelando a la responsabilidad de quienes manejan las máquinas, cegados por la rutina y la inercia, mucho más cuando se trata de personas mayores que las utilizan para realizar trabajos en sus fincas sin tomar las adecuadas precauciones ni asumiendo el riesgo cierto que ello supone, sea por limitaciones de edad, y en otros casos por la inexperiencia. Ejercer una vigilancia en posesiones privadas, cuando el vehículo no transita por una carretera, roza lo quimérico. La gravedad se acentúa cuando se producen hechos como el detectado en Samos, donde un hombre permitía la conducción de un tractor a un niño de cinco años. No se trata de un asunto baladí, ni de un caso enmascarado por lo anecdótico, sino de una intolerable conducta que requiere un proporcionado escarmiento.

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