CASI NADIE especula con las pretensiones de ZP, salvo las de desestabilizar a los suyos, reuniéndose a hurtadillas con quien más duele, y perturbar la política internacional viéndose, también en secreto y sin avisar, con Raúl Castro, como si fuese misión del consejero de Estado que es. ¿Se aburre, no se conforma con la jubilación bien retribuida o hay espurios intereses? Obsérvese que el señor Zapatero siempre busca la colaboración de sus más seráficos escuderos, como José Bono (otrora enemigo) y Moratinos, y que los encuentros suelen ser con dictadores, caso de Raúl Castro y de Teodoro Obiang, sin que pase desapercibido su encuentro con el rey de Marruecos, cuya democracia también es sospechosa. Claro que al expresidente le asiste el derecho a reunirse en privado con quien le venga en gana, pero nunca envuelto en la bandera de España ni arrogándose intereses nacionales sin contar con el Gobierno, aunque no le guste. ¿Negoció con Cuba, por ejemplo, la extradición de etarras o que se devuelvan los bienes expropiados a españoles cuando el golpe de Fidel?
