Opinión

Pesadez bananera

AUNQUE UN Estado de derecho, como es España, garantice las libertades, algunos olvidan que también está para que se cumplan las leyes, penando a los transgresores. Por eso cuesta entender que a un presidente autonómico, pesado y bananero como es el señor Torra, se le consienta un pertinaz desafío a la democracia que tanto desprecia, sin ninguna consecuencia penal, licuándose sus bufonadas en lucro partidista. Sabe que puede hacerlo porque nadie se atreve a frenar sus desvaríos. Su bravuconada, amenazando con la independencia si no se absuelve a los políticos presos, es una prueba de que no respeta en absoluto el sistema judicial ni las libertades, abusando de su inmunidad consentida para consumar sus antojos, excluyendo el proceso judicial seguido contra los que protagonizaron el golpe de Estado. Es decir, si no hay absolución (no se espera, pero vaya usted a saber), independencia. Y si la hay, también. O si se van de rositas los enchironados, ¿se olvida de la soberanía? Cuando el diálogo para alcanzar un acuerdo que reconduzca la situación, sin que se vulneren los principios constitucionales, no existe o es inútil, entre otras cosas porque el independentismo lo rehúsa, no caben complacencias. Ni mirar para otro lado.

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