CON SEGURIDAD, sabiendo de la morosidad que lastra la Justicia, habrá casos tan o más llamativos, pero que el cuarto juzgado de lo Social de Lugo arranque con el atasco de más de cuatro mil casos pendientes en la parrilla, es un abuso intolerable, propiciado en parte por la demora del Ministerio de Justicia a habilitarlo, pese a los requerimientos de la Xunta y del TSXG. Pudiera parecer que todo se centra en una cifra desperdigada en un rutinario trasunto descriptivo, cuando la realidad obliga a considerarlo como un disparate que atañe a cuatro mil situaciones y a otros tantos ciudadanos que sufren la obstrucción o irresolución de sus demandas de justicia social o laboral, con casos que seguramente ocasionan graves perjuicios a muchos de los afectados, impotentes de hacer valer sus derechos en un Estado democrático.
Siempre se dice que si la Justicia es lenta, es injusta, porque se transgreden principios irrenunciables. Probablemente se da más de un motivo para dar largas a la demanda de creación del cuarto juzgado, no solventándolo a su debido tiempo, pero sería muy lamentable que hubiese incidido en la dilación algún que otro inconveniente partidista. Un suponer: reclamándolo la Xunta, ¿optó el Ministerio por poner palos en la rueda en vez de atender el requerimiento?
