Opinión

Muerte fingida

AL DAR cuenta este periódico del fallecimiento en Colombia de Javier Álvarez, 'O Alemán', empresario sarriano envuelto durante muchos años en estafas por la venta de coches, prostitución o falsedad documental, me recuerda una anécdota (luctuosa) que interpretó, debió de ser en la década de los ochenta, al airear su propia muerte, quizá con ánimo de que la Policía y los juzgados dejasen de importunarlo. El caso es que Javier, personaje fijo, cuasi entrañable, para quienes cubríamos la información de sucesos o en los tribunales, por su comparecencia día sí día también en la crónica delictuosa, inocentemente quiso hacer creer que había perdido la vida en un accidente de tráfico, y para eso, avanzada la noche, llamó a la Redacción, dando cuenta del pretendido y funesto percance: "Usted conocía a 'O Alemán', ¿no? Bien, pues les llamo para anticiparles que acaba de matarse en su coche cuando volvía de Santiago, para que lo publiquen". Habituados como estábamos a su inconfundible tono de voz, al momento me percaté de que era el propio Javier quien hablaba. Aparentando que me interesaba la noticia, procuré que se extendiese en detalles, pero debió de intuir que le habíamos identificado, que optó por colgar el teléfono. Descanse en paz

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