Opinión

Mercadeos

LA CULPA es, en cualquier caso, del sistema electoral vigente, y no de quienes aprovechando su legitimidad lo utilizan, aunque sea con fines espurios, pero el mercadeo poselectoral para instituir las corporaciones locales o entes autonómicos, utilizando las minorías, no coincide con frecuencia ni con la voluntad del elector ni con lo que conviene. Que un equipo de gobierno esté formado por seis o siete concejales de un partido ganador, apoyado por uno o dos de otro de escasa representación, no es lo que el ciudadano votó, partiendo de que quienes van a decidir e imponer decisiones serán ese uno o ese dos, de tan exigua repercusión. Habrá casos, eso sí, en que las alianzas con grupos minoritarios sean interesantes para el funcionamiento de los ayuntamientos, como el que se plantea, por ejemplo, en el Concello de Lugo con la incorporación de los cinco ediles del BNG. En buena lógica debería ser el revulsivo, el espoleo que necesitan los socialistas para salir del sopor y el embotamiento que caracterizó el gobierno extinto, cuya incompetencia fue más que evidente. A no ser que al tocar poder, los nacionalistas acaben contagiándose de su inoperatividad. Lo malo enseguida se pega...

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